La disfatta Giudicale del 30 giugno 1409 a Sanluri
Con queste parole di Jeronimo
Zurrita[1] che descrive la battaglia
di Sanluri, combattuta il 30 giugno 1409 con la sconfitta delle truppe
giudicali, si infrange il sogno di indipendenza dei sardi:
El rey de Sicilia se pasó al
castillo de Cáller; a qué y con quién.
Salió esta armada de la playa de
Barcelona a 19 del mes de mayo, y el rey de Sicilia con la suya se pasó al
castillo de Cáller; y con la caballería que llevó de Sicilia que era mucha y
muy buena y con la que después pasó a Cerdeña comenzó a hacer guerra a los
enemigos. Estaban con él los condes de Módica, Agosta y de Veintemilla y el
conde Enrico Russo de Mecina, don Artal de Luna conde de Calatabelota, don
Gilabert de Centellas y don Jaime de Centellas que llevaron muy buenas
compañías de gente de armas, don Bernardo de Anglesola, Augerat de Larta, don
Gil Ruiz de Lihori gobernador de Aragón y el almirante don Sancho Ruiz de
Lihori y don Juan Fernández de Heredia, sus hijos, don Guerau de Queralt y don
Juan de Cruyllas, que era muy valeroso y fue siempre entre los principales en
el consejo del rey de Sicilia y ninguna cosa se hacía sin su parecer.
Los castillos de Cerdeña se
repararon de la opresión que habían padecido cuarenta años.
Con este socorro los que estaban
en los castillos de Cáller y del Alguer y Longosardo se repararon de los
trabajos y fatigas que habían pasado defendiéndose siempre de los enemigos con
gran esfuerzo y constancia como muy fieles; y con la presencia del rey de
Sicilia se aliviaron de una continua y muy dura opresión porque había cuarenta
años que esban aquellos castillos cercados y en perpetua guerra.
Los genoveses que fueron
desbaratados y presos.
Antes de la armada de Cataluña
arribase a Cerdeña, teniendo el rey de Sicilia aviso que seis galeras de
genoveses llevaban socorro de gente a los sardos, envió sus galeras para que
les saliesen al encuentro; e iba por capitán dellas un caballero que se llamaba
Francés Coloma, y peleó con los genoveses delante de la Linayra y los desbarató
y venció y les ganó todas sus galeras. Y fueron en ellas presos su general que
se llamaba Guillén de Mollo y Carlos Lomelino, Simón de Mar, Ambrosio de
Grimaldo y un hermano suyo, que eran los capitanes.
De la manera que el rey de
Sicilia salió del castillo de Cáller.
Después, siendo ya llegada la
armada de Cataluña a Cerdeña y habiendo descansado la gente, teniendo el
vizconde de Narbona un gran ejército junto en Sant Luri no sólo para resistir
pero para ofender, determinó el rey darle la batalla. Salió con todo su
ejército del castillo de Cáller un martes a 26 de junio y llevaba hasta tres
mil de caballo y ocho mil de pie, y fuese alojando por las riberas, porque la
gente de pie hallase refresco y pudiese descansar por ser el tiempo muy
caluroso y requerirlo aquella región que es como la de Berbería. Y caminando
desta manera llegó el sábado siguiente a una ribera que está a dos leguas de
Sant Luri, y reparó allí el ejército y asentó su real. Detúvose el rey en aquel
lugar la noche siguiente; y aunque los corredores del campo no descubrían los
enemigos -que estaban con muy buena orden en Sant Luri esperando al rey a la
batalla y solamente salieron hasta quinientos de caballo y algunas compañías de
soldados- el domingo, que fue el postrero del mes, al alba salió el rey de su
fuerte con sus batallas ordenadas y fuese acercando al lugar.
Pedro de Torrellas mariscal del
ejército del rey de Sicilia.
Y mandó ir en la avanguarda a
Pedro de Torrellas y dióle cargo de mariscal de todo el ejército y llevaba mil
hombres de armas; y después seguían hasta cuatro mil soldados; y en la batalla
iba el rey con toda la caballería, y después seguía la retaguarda. Y con esta
orden hicieron su camino hasta una milla de San Luri.
Furiosa batalla donde se señaló y
venció el rey de Sicilia.
Salió el vizconde de Narbona con
toda la gente de caballo y de pie que allí se había juntado con sus batallas
ordenadas; y -según se entendió de los mismos sardos que fueron presos en la
batalla- eran de diez y ocho hasta veinte mil combatientes; y aunque se había
dado tal orden por el rey que quinientos de caballo de los que llamaban
bacinetes de la gente más escogida y de los más señalados caballeros se
pusiesen a pie si los sardos echasen delante sus peones como era su costumbre y
había determinado de hallarse con ellos, pero acercándose con su escuadrón a
los enemigos la vía de Sant Luri, siguió hacia un cerro a donde se había puesto
la batalla del vizconde, y ellos bajaron con buena orden para recibirlos. Y el
rey mandó poner su caballería a la mano derecha y los de pie al otro lado; y
comenzóse la batalla muy furiosamente en los primeros encuentros entre la
caballería del rey y la de los enemigos, y en ella fueron a tierra muchos
caballeros sardos y quedaron heridos algunos de los del rey. Y aunque en la
batalla se señalaron muchos, pero entre todos el rey dio tal prueba de su
persona que se conoció bien que imitaba en el valor a los reyes de quien
descendía, que por el honor de su corona aventuraban sus vidas entre los
primeros.
Duró la batalla por buen espacio;
y fueron los sardos desbaratados y vencidos, y ganaron el estandarte del
vizconde y fue preso el caballero que lo llevaba; y murieron en el campo hasta
cinco mil, y recogióse el vizconde con los que escaparon huyendo de la batalla
al castillo de Monreal; y siguieron los nuestros el alcance hasta las puertas
dél. Murieron en esta batalla de la parte del rey muy pocos, y los más
señalados fueron el vizconde de Orta, don Pedro Galcerán de Pinós y mosén Juan
de Vilacausa y un caballero que era pariente del señor de Lusa.
Ganaron el estandarte del
vizconde de Narbona prendiendo a quien lo llevaba.
Duró la batalla por buen espacio;
y fueron los sardos desbaratados y vencidos, y ganaron el estandarte del
vizconde y fue preso el caballero que lo llevaba; y murieron en el campo hasta
cinco mil, y recogióse el vizconde con los que escaparon huyendo de la batalla
al castillo de Monreal; y siguieron los nuestros el alcance hasta las puertas
dél. Murieron en esta batalla de la parte del rey muy pocos, y los más
señalados fueron el vizconde de Orta, don Pedro Galcerán de Pinós y mosén Juan
de Vilacausa y un caballero que era pariente del señor de Lusa.
Por la gente del conde de Módica
se ganó el castillo de Sanluri.
Entre tanto que la caballería
siguió el alcance, los soldados fueron a combatir el lugar de Sant Luri y le
entraron por combate; y pusieron a saco y murieron dentro más de mil hombres
entre genoveses y sardos; y el castillo fue combatido y entrado por la gente
del conde de Módica y de don Bernaldo Galcerán de Pinós.
El terror que a muchos potentados
causó la victoria que tuvo el rey de Sicilia y lo que publicó.
Fue esta victoria de las muy
señaladas y famosas que hubo en aquellos tiempos por parecer que se restituía
con ella al rey la posesión de aquel reino que tanto tiempo había sido rebelde;
y puso mucho terror y espanto no sólo a genoveses que eran enemigos muy
declarados, pero a todos los otros potentados de Italia, estando a vista della
un rey de tanto valor y con tan poderosa armada y con tanta reputación: porque
se publicó que quería tomar la empresa de poner a Benedito en la posesión de la
silla apostólica como verdadero sucesor de san Pedro. Y con esta ocasión se
temía que había de emprender de pasar a la conquista del principado de Cápua y
de las provincias de Pulla y Calabria por igualar al rey Ladislao y al rey Luis
que contendían con todo su poder por la sucesión de aquel reino.
Pero así como hubo valor en él
para alcanzar tan gran renombre de conquistador de los reinos de Sicilia y
Cerdeña y daba esperanza que por su medio sucederían las cosas prósperamente
fue tan desigual el suceso que casi en un instante volvieron a muy peor estado
que antes.
Nonostante successivamente alla vittoria delle armi aragonesi sia stata posta una grossa enfasi sulla facilita' del successo, in realta' questo non era dato per scontato prima della battaglia. Infatti, come traspare da una lettera del 22 luglio 1409 inviata da Martino il Vecchio a Pere Torrelles nella quale il sovrano si congratulava per il successo e per la nomina a maresciallo all'indomani della battaglia , i timori in campo aragonese erano piuttosto presenti. Il re dice infatti: "E sapiats que som estats fort maravellats de la batalla, quar be' sab lo di nostre primogenit que no era axi empres". E' evidente quindi che nelle alte sfere iberiche si era consci dell'esito imprevedibile di uno scontro armato e sicuramente non erano paure legate solo a motivi dinastici essendo Martino il Giovane l'unico figlio maschio de re.
Nonostante successivamente alla vittoria delle armi aragonesi sia stata posta una grossa enfasi sulla facilita' del successo, in realta' questo non era dato per scontato prima della battaglia. Infatti, come traspare da una lettera del 22 luglio 1409 inviata da Martino il Vecchio a Pere Torrelles nella quale il sovrano si congratulava per il successo e per la nomina a maresciallo all'indomani della battaglia , i timori in campo aragonese erano piuttosto presenti. Il re dice infatti: "E sapiats que som estats fort maravellats de la batalla, quar be' sab lo di nostre primogenit que no era axi empres". E' evidente quindi che nelle alte sfere iberiche si era consci dell'esito imprevedibile di uno scontro armato e sicuramente non erano paure legate solo a motivi dinastici essendo Martino il Giovane l'unico figlio maschio de re.
[1]
Jeronimo ZURITA, Anales de Aragon, (edición de Ángel Canellas López. Edición
electrónica de José Javier Iso (coord.), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero),
voll. I - VIII, Zaragoza 2003, pag. 1536 e segg.
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