lunedì 30 giugno 2014

La battaglia di Sanluri del 30 giugno 1409

La disfatta Giudicale del 30 giugno 1409 a Sanluri

Con queste parole di Jeronimo Zurrita[1] che descrive la battaglia di Sanluri, combattuta il 30 giugno 1409 con la sconfitta delle truppe giudicali, si infrange il sogno di indipendenza dei sardi:
El rey de Sicilia se pasó al castillo de Cáller; a qué y con quién.

Salió esta armada de la playa de Barcelona a 19 del mes de mayo, y el rey de Sicilia con la suya se pasó al castillo de Cáller; y con la caballería que llevó de Sicilia que era mucha y muy buena y con la que después pasó a Cerdeña comenzó a hacer guerra a los enemigos. Estaban con él los condes de Módica, Agosta y de Veintemilla y el conde Enrico Russo de Mecina, don Artal de Luna conde de Calatabelota, don Gilabert de Centellas y don Jaime de Centellas que llevaron muy buenas compañías de gente de armas, don Bernardo de Anglesola, Augerat de Larta, don Gil Ruiz de Lihori gobernador de Aragón y el almirante don Sancho Ruiz de Lihori y don Juan Fernández de Heredia, sus hijos, don Guerau de Queralt y don Juan de Cruyllas, que era muy valeroso y fue siempre entre los principales en el consejo del rey de Sicilia y ninguna cosa se hacía sin su parecer.

Los castillos de Cerdeña se repararon de la opresión que habían padecido cuarenta años.

Con este socorro los que estaban en los castillos de Cáller y del Alguer y Longosardo se repararon de los trabajos y fatigas que habían pasado defendiéndose siempre de los enemigos con gran esfuerzo y constancia como muy fieles; y con la presencia del rey de Sicilia se aliviaron de una continua y muy dura opresión porque había cuarenta años que esban aquellos castillos cercados y en perpetua guerra.

Los genoveses que fueron desbaratados y presos.

Antes de la armada de Cataluña arribase a Cerdeña, teniendo el rey de Sicilia aviso que seis galeras de genoveses llevaban socorro de gente a los sardos, envió sus galeras para que les saliesen al encuentro; e iba por capitán dellas un caballero que se llamaba Francés Coloma, y peleó con los genoveses delante de la Linayra y los desbarató y venció y les ganó todas sus galeras. Y fueron en ellas presos su general que se llamaba Guillén de Mollo y Carlos Lomelino, Simón de Mar, Ambrosio de Grimaldo y un hermano suyo, que eran los capitanes.

De la manera que el rey de Sicilia salió del castillo de Cáller.

Después, siendo ya llegada la armada de Cataluña a Cerdeña y habiendo descansado la gente, teniendo el vizconde de Narbona un gran ejército junto en Sant Luri no sólo para resistir pero para ofender, determinó el rey darle la batalla. Salió con todo su ejército del castillo de Cáller un martes a 26 de junio y llevaba hasta tres mil de caballo y ocho mil de pie, y fuese alojando por las riberas, porque la gente de pie hallase refresco y pudiese descansar por ser el tiempo muy caluroso y requerirlo aquella región que es como la de Berbería. Y caminando desta manera llegó el sábado siguiente a una ribera que está a dos leguas de Sant Luri, y reparó allí el ejército y asentó su real. Detúvose el rey en aquel lugar la noche siguiente; y aunque los corredores del campo no descubrían los enemigos -que estaban con muy buena orden en Sant Luri esperando al rey a la batalla y solamente salieron hasta quinientos de caballo y algunas compañías de soldados- el domingo, que fue el postrero del mes, al alba salió el rey de su fuerte con sus batallas ordenadas y fuese acercando al lugar.

Pedro de Torrellas mariscal del ejército del rey de Sicilia.

Y mandó ir en la avanguarda a Pedro de Torrellas y dióle cargo de mariscal de todo el ejército y llevaba mil hombres de armas; y después seguían hasta cuatro mil soldados; y en la batalla iba el rey con toda la caballería, y después seguía la retaguarda. Y con esta orden hicieron su camino hasta una milla de San Luri.

Furiosa batalla donde se señaló y venció el rey de Sicilia.

Salió el vizconde de Narbona con toda la gente de caballo y de pie que allí se había juntado con sus batallas ordenadas; y -según se entendió de los mismos sardos que fueron presos en la batalla- eran de diez y ocho hasta veinte mil combatientes; y aunque se había dado tal orden por el rey que quinientos de caballo de los que llamaban bacinetes de la gente más escogida y de los más señalados caballeros se pusiesen a pie si los sardos echasen delante sus peones como era su costumbre y había determinado de hallarse con ellos, pero acercándose con su escuadrón a los enemigos la vía de Sant Luri, siguió hacia un cerro a donde se había puesto la batalla del vizconde, y ellos bajaron con buena orden para recibirlos. Y el rey mandó poner su caballería a la mano derecha y los de pie al otro lado; y comenzóse la batalla muy furiosamente en los primeros encuentros entre la caballería del rey y la de los enemigos, y en ella fueron a tierra muchos caballeros sardos y quedaron heridos algunos de los del rey. Y aunque en la batalla se señalaron muchos, pero entre todos el rey dio tal prueba de su persona que se conoció bien que imitaba en el valor a los reyes de quien descendía, que por el honor de su corona aventuraban sus vidas entre los primeros.

Duró la batalla por buen espacio; y fueron los sardos desbaratados y vencidos, y ganaron el estandarte del vizconde y fue preso el caballero que lo llevaba; y murieron en el campo hasta cinco mil, y recogióse el vizconde con los que escaparon huyendo de la batalla al castillo de Monreal; y siguieron los nuestros el alcance hasta las puertas dél. Murieron en esta batalla de la parte del rey muy pocos, y los más señalados fueron el vizconde de Orta, don Pedro Galcerán de Pinós y mosén Juan de Vilacausa y un caballero que era pariente del señor de Lusa.

Ganaron el estandarte del vizconde de Narbona prendiendo a quien lo llevaba.

Duró la batalla por buen espacio; y fueron los sardos desbaratados y vencidos, y ganaron el estandarte del vizconde y fue preso el caballero que lo llevaba; y murieron en el campo hasta cinco mil, y recogióse el vizconde con los que escaparon huyendo de la batalla al castillo de Monreal; y siguieron los nuestros el alcance hasta las puertas dél. Murieron en esta batalla de la parte del rey muy pocos, y los más señalados fueron el vizconde de Orta, don Pedro Galcerán de Pinós y mosén Juan de Vilacausa y un caballero que era pariente del señor de Lusa.

Por la gente del conde de Módica se ganó el castillo de Sanluri.

Entre tanto que la caballería siguió el alcance, los soldados fueron a combatir el lugar de Sant Luri y le entraron por combate; y pusieron a saco y murieron dentro más de mil hombres entre genoveses y sardos; y el castillo fue combatido y entrado por la gente del conde de Módica y de don Bernaldo Galcerán de Pinós.

El terror que a muchos potentados causó la victoria que tuvo el rey de Sicilia y lo que publicó.

Fue esta victoria de las muy señaladas y famosas que hubo en aquellos tiempos por parecer que se restituía con ella al rey la posesión de aquel reino que tanto tiempo había sido rebelde; y puso mucho terror y espanto no sólo a genoveses que eran enemigos muy declarados, pero a todos los otros potentados de Italia, estando a vista della un rey de tanto valor y con tan poderosa armada y con tanta reputación: porque se publicó que quería tomar la empresa de poner a Benedito en la posesión de la silla apostólica como verdadero sucesor de san Pedro. Y con esta ocasión se temía que había de emprender de pasar a la conquista del principado de Cápua y de las provincias de Pulla y Calabria por igualar al rey Ladislao y al rey Luis que contendían con todo su poder por la sucesión de aquel reino.

Pero así como hubo valor en él para alcanzar tan gran renombre de conquistador de los reinos de Sicilia y Cerdeña y daba esperanza que por su medio sucederían las cosas prósperamente fue tan desigual el suceso que casi en un instante volvieron a muy peor estado que antes.

Nonostante successivamente alla vittoria delle armi aragonesi sia stata posta una grossa enfasi sulla facilita' del successo, in realta' questo non era dato per scontato prima della battaglia. Infatti, come traspare da una lettera del 22 luglio 1409 inviata da Martino il Vecchio a Pere Torrelles nella quale il sovrano si congratulava per il successo e per la nomina a maresciallo all'indomani della battaglia , i timori in campo aragonese erano piuttosto presenti. Il re dice infatti: "E sapiats que som estats fort maravellats de la batalla, quar be' sab lo di nostre primogenit que no era axi empres". E' evidente quindi che nelle alte sfere iberiche si era consci dell'esito imprevedibile di uno scontro armato e sicuramente non erano paure legate solo a motivi dinastici essendo Martino il Giovane l'unico figlio maschio de re.

 



[1] Jeronimo ZURITA, Anales de Aragon, (edición de Ángel Canellas López. Edición electrónica de José Javier Iso (coord.), María Isabel Yagüe y Pilar Rivero), voll. I - VIII, Zaragoza 2003, pag. 1536 e segg.

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